domingo, 24 de enero de 2010

Lo que me gusta de la lengua...

... es su capacidad de modificar significados. Por ejemplo, el adjetivo posesivo mi no siempre indica posesión... Mi casa (el Dedal) es mía desde el 2003. En escritura. Pero es mía ahora. Y ese mi no indica posesión, se lo aseguro. Es muy otra cosa. Nada que ver con la propiedad privada.
.....Ya estoy oyendo a mis niños ("tus niños se estaban fumando unos porros a la puerta del insti, dijo A. ...): "Pero en el examen, ¿cómo te lo ponemos?"



.....Me encanta el blanco. Creo que es algo que no me atrevía a confesar por aquello de la fascinación literaria de lo oscuro pero... Me encanta el blanco. Y los grandes autores y autoras (Carson, qué grande...), aunque no sean malditos.

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