«Su personaje, el protagonista, no existía: un hombre corriendo que llevaba un número en el pecho y la espalda... Pero, ¿qué le pasaba a ese hombre?
.....No lo sabía. Para eso escribía la novela: quería hacerle empezar a correr para ir descubriendo por qué corría; de qué huía, si huía; qué perseguía, si perseguía algo; adónde iba, si iba a algún sitio... Quería saber, sobre todo, de dónde venía. Su personaje existía, existía demasiado. Le había visto por todas partes. Corría para defender su corazón.»
«Cuando estoy corriendo en la noche es como si en el cerebro me empezaran a saltar las palabras, los recuerdos, las ideas, al mismo ritmo que los pasos, uno-dos, uno-dos, uno-dos, como en el caleidoscopio aquel que le regalamos al niño, hace muchos años [...]»
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Jesús López Pacheco, El homóvil, Barcelona, Debate, 2002
sabes que el sms de hace un rato tenía como banda sonora a nacho vegas?
ResponderEliminarj2
Casualidades cortazarianas, ya sabes...
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