viernes, 20 de noviembre de 2009

Razón tenía cuando escribió:
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Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.
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Como el mar de la playa a las arenas,
voy en este naufragio de vaivenes,
por una noche oscura de sartenes
redondas, pobres, tristes y morenas.
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Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.
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Eludiendo por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena sonriendo.
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Bien lo sabía nuestro Arcipreste: «Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar...». En fin, la noticia aquí.

1 comentario:

  1. ¡Qué horror! ¡¡Pobre don Miguel!! Menos mal que le queda la tabla de salvación de una docencia que sepa divulgar sus palabras, aunque esto no suponga beneficios.

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