domingo, 1 de noviembre de 2009

Estar donde no se está

y no estar donde se vive.

Hablar a quien no te oye

y no oír al que te habla.

Abrir los ojos sin ver

o viendo lo que no importa,

oír un olor de antaño,

y en la piel sentir la voz

de un aire que no te envuelve.

Resistirse a la nostalgia,

vicio turbio del destierro.

Aceptar silencio, sombra,

distancias que te impusieron.

Acostarse, despertar,

trabajar, seguir viviendo.

Escribir de noche, a solas,

.

¿Para qué estoy escribiendo?

.

Jesús López Pacheco, Asilo poético, Madrid, Endymión, 1992

No hay comentarios:

Publicar un comentario