«Por la tarde cayó una tormenta caudalosa y cruel. La
meteorología, que no deja de ser un capricho de los dioses, se alía en
ocasiones con la desventura para acentuar su sinsabor»
Gonzalo Hidalgo Bayal, La sed de Sal, Barcelona, Tusquets, 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario