miércoles, 11 de diciembre de 2013

Al hilo del poema de ayer, recordé éste de Fernández Retamar que puse hace taaaaanto tiempo y envié a taaaaanta gente...

Me encanta.

Es necesario.

Va por ellos.

Felices los normales, esos seres extraños.
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho,
                                                                   [un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.
                
Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres,
                                                                        [los más borrachos
Que sus padres y más delincuentes que sus hijos
Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.

Fernández Retamar

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