«Los amos de la información se han olvidado de la poesía, donde
las palabras pueden tener un significado totalmente distinto al que dice el
léxico, donde la chispa metafórica va siempre un paso por delante de la función
decodificadora, donde siempre es posible otra e imprevista lectura»
«Contar votos puede parecer un medio para averiguar cuál es la
verdadera (es decir, la más ruidosa) vox populi; pero el poder de la fórmula de
contar votos, como el poder de la fórmula del primogénito varón, radica en el
hecho de que es objetiva, sin ambigüedad, y está fuera del campo de la
discusión política. Lanzar una moneda al aire sería igualmente objetivo,
igualmente carente de ambigüedad, igualmente indiscutible, y, en consecuencia,
igualmente podría afirmarse (como se ha afirmado) que representa la vox dei.
Nosotros no elegimos a nuestros dirigentes lanzando una moneda al aire (lanzar
monedas se asocia con la actividad del juego, de baja categoría), pero ¿quién
se atrevería a afirmar que el mundo estaría en peor estado de lo que está si
sus dirigentes hubieran sido elegidos desde el comienzo por el método de la
moneda»
«Si usted discrepa de la democracia en una época en la que todo el
mundo afirma ser en cuerpo y alma demócrata, corre el peligro de perder el
contacto con la realidad. A fin de recuperar el contacto, en todo momento debe
recordarse lo que supone enfrentarse al estado, al estado democrático o
cualquier otro, en la persona del funcionario estatal. Entonces pregúntese:
¿quién sirve a quién? ¿Quién es el siervo, quién el amo»
J.M. Coetzee, Diario de un mal año, Barcelona, Debolsillo, 2007
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