No he seguido las pompas del homenaje a don Miguel porque me parece un hacer que hacemos y estoy harta de hacerlo diariamente en mi oficio.
Sin embargo, ayer, una amiga me envió un vídeo. Añadía: lo que decían los viejos maestros sobre la lectura (alto, claro y con intención -yo les digo: expresivamente-).
Y lloré escuchándolo.
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